Después del workshop de dos semanas con estudiantes franceses, tuvimos una semana de tranquilidad, que aprovechamos para hacer alguna excursión por la ciudad y también para viajar un poquito por algunos sitios cerca de Marsella.
Aquí los Calanques de Marsella. Al Sur de la ciudad, donde las montañas llegan al Mediterráneo y generan este paisaje tan bonito e increíble. Se extienden a lo largo de un montón de kilómetros, desde Marsella hasta otras poblaciones como Casais, Toulón... y algunos de estos acantilados son los más altos de toda Europa.
Dentro de Marsella, por supuesto visitamos la Unité d'Habitacion de Le Corbusier... emocionante estar allí, y sobre todo descubrir lo que realmente es una cubierta vivible, más que transitable!
Y aquí el Vieux Port, con Notre Dame de la Garde al fondo y en primer plano una gran playa de aparcamiento con altos edificios de viviendas humildes... Marsella, ciudad de verdadera mezcla, contraste y contradicción.
Visita a Aix-en-Provence. Ciudad pequeña, bonita, con calles y plazas estrechitas donde encontrarse muy a gusto. De lo mejorcito del día fue el pan que comimos al mediodía como único almuerzo, relleno de mil cosas diferentes.
Visita a Arlés. Primero su enorme, dinámico y muy bonito mercado callejero de los Sábados, donde compramos salchichones de la zona, baguettes, croissants y sobre todo mucho quesito francés que nos comimos poco después sentados en un banquito.
Y después, sus ruinas romanas, que la hacen ser ciudad patrimonio de la humanidad, donde llama la atención el anfiteatro romano, utilizado actualmente como plaza de toros... olé!
Ya al final de ese mismo día nos acercamos a Baux en Provence, un pequeñísimo pueblo medieval enclavado en lo alto de una montaña altísima, desde donde se ve todo el paisaje de alrededor. Está completamente vacío (especialmente en invierno), y es como estar en un cuento o una película. Arriba del todo tiene un castillo, pero ya estaba cerrado el acceso y tuvimos que conformarnos con dar un pequeño paseíto por las solitarias calles.
Luego empezó el frío polar, llegó la nieve y se quedó con nosotros durante muchos días, nevando un montón un par de veces. Aquí el blanquito cubierto de blanco!
Y ya, las últimas tres semanas... de inteeeeeeenso trabajo desarrollando el proyecto final que presentamos finalmente el último día, 16 de Febrero. Se trataba de continuar un poco el trabajo que planteamos en el workshop de dos semanas, pero a una escala más pequeña, centrándonos en resolver la implantación de una nueva estación de tren para el área donde habíamos estado trabajando en L'Estaque, aprovechando que la vía del tren pasa justo por ahí.
Yo propuse la estación como una excusa para algo un poco más complejo y completo: mi propuesta trata de potenciar los valores del propio lugar conectando además la parte alta y la baja del área, para establecer una verdadera relación entre la futura estación de tren y la costa (donde planteaba una parada de barcos para traer gente también por ese medio). Además, el resto del área se activa proponiendo nuevos usos dentro de ese elemento que conecta ambos extremos, que al fin y al cabo será una gran cubierta que genera nuevas zonas de actividad a lo largo de sí.
Después de las presentaciones el pasado Jueves 16, el Viernes emprendimos el viaje de vuelta a la península. Tras un montón de km y alguna comida calentita en casa, pusimos rumbo a Lisboa el Lunes 20 por la tarde y aquí estamos ya, viviendo en el edificio desde el que os escribo... pero eso es material para el próximo post, que espero escribir en cuestión de uno o dos días para poder enseñar dónde estamos viviendo (el sitio es una pasada) y de qué va a ir el proyecto sobre el que trabajaremos aquí (que también tiene muy buena pinta).