El otro día recordamos que aun nos gusta mucho más un potajito español que una bratwurst o un frikadele alemán.
Ajo, cebolla, aceite, pimientos verdes y rojos, patatas, judías, tiempo y cariño... y voilá!
Sólo la cerveza alemana, la sal con nombre y envase raro, y el eferalgán atestiguan que estamos en Alemania!
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